Reloj de mano

Los padres que le dieron a sus hijos lo que ellos no tuvieron

Saliendo de una conferencia con adolescentes, se me acerca un chico para darme las gracias por haber tocado el tema del bullying en la conferencia, porque le dije a sus amigos lo que él no se atrevía a decirles por miedo.

Me contaba que se habían pasado la semana burlándose de un reloj nuevo que le regaló su abuelo porque según el grupo era un reloj “barato”. Me contaba que hasta se metieron en Amazon para buscar la marca del reloj y ver cuánto costaba para restregarle en la cara que era un rastrero y mostrarles sus relojes de marca que sus padres les habían comprado.

Se me arrugó el alma mientras lo escuchaba porque él me decía: “Yo me siento bien con mi reloj y no me lo voy a quitar porque me lo regaló mi abuelo y para mi eso vale mucho”. Me partió en dos ver su nobleza, su sensibilidad humana, su respeto a la dignidad y el valor que le daba a lo que sí tiene valor, que son las relaciones, que es el vínculo, que es el amor por esos seres que amamos.

Modelo de crianza

Me partió el alma porque el comportamiento del grupo es un reflejo de un modelo de crianza que intenta darle a los hijos “lo que los padres no tuvieron” de una manera tóxica, donde el amor se compra con dinero, donde valemos por la marca de un reloj, donde el culto al dinero es una profesión que programa a los hijos para aparentar y pisotear con un dinero que no han producido y que ni siquiera saben cuánto cuesta producir.

Duele, porque esos chicos están mostrando lo que han aprendido de sus padres, porque en una sociedad que nos trata según lo que tenemos en la cartera y por qué tan cara puede ser la ropa que tengamos puesta reproduce familias tan vacías que necesitan vivir haciendo ruido con lo que tienen para ocultar lo que les falta.

A ese chico lo felicité por ser un joven tan maravilloso y por defender un valor que tanta falta le hace al mundo de hoy, lo abracé por defender el amor y el respeto al vínculo con esos seres que amamos, porque eso no se compra con dinero.

Esa historia me confirma que necesitamos seguir criando humanos que estén tan llenos de emociones positivas, que llenemos de abrazos sinceros, de conversaciones amorosas, de presencia, que no les quede espacio para llenarlo con basuras emocionales.

Me confirma que necesitamos entender que cuando estamos rotos, no podemos criar hijos enteros.

Video recomendado:

Rexpuestas en Youtube ¡SUSCRÍBETE!

Scroll al inicio