Vi la miniserie «Bebé Reno» en una sola noche, porque conecté completamente con el contenido. La historia es riquísima y las interpretaciones, magistrales.
Observar cómo el guión rescata y detalla el impacto de la agresión sexual en un hombre, cómo un agresor actúa desde su posición de poder, cómo enmascara la violencia con cuidado y sabe identificar cuáles son los puntos débiles de la víctima porque la estudia minuciosamente y, por eso, se aprovecha de su vulnerabilidad, explica claramente porqué la agresión sexual es un delito de oportunidad.
Ver cómo el protagonista, llamado Donny Dunn, es acosado brutalmente por alguien enferma como Martha; cómo él se alimenta, sostiene y se involucra en el acoso porque se identifica demasiado con la oscuridad del personaje y porque la atención de Martha le aporta algo de esperanza, resulta extremadamente poderoso.
La confusión que experimenta Donny con el trauma de la agresión y su orientación sexual revela la desregulación emocional que se puede presentar después de un trauma sexual, la cual puede manifestarse con confusión sobre la propia sexualidad como un intento de hacer sentido a lo ocurrido.
La hipersexualización con personas de ambos sexos que vivió Donny después de la violación explica muy bien la necesidad que presentan muchas víctimas de reexperimentar el trauma como parte de un proceso inconsciente de intentar ganar control sobre la experiencia traumática, de manejar emociones difíciles o de intentar sentir normalidad luego y tratar de entender lo que vivieron.
La miniserie revela de manera impecable las dificultades que enfrentan las víctimas de acoso sexual o de cualquier tipo de agresión sexual para recibir ayuda de la policía y las trabas que presenta el sistema para proteger a las víctimas y evitar revictimizarlas.
Donny expresa muy bien cómo la salud mental de las víctimas es ignorada y no se considera una prioridad, ni siquiera para el sistema policial que debería tomarlo en cuenta, ni para la misma familia que pudo ver el estado en el que él se encontraba.
Ver a una acosadora sexual que es mujer y con el prototipo de señora indefensa como Martha, es una muestra que deconstruye el estereotipo masculino que define al agresor sexual.
La cultura del silencio que alimenta la violencia sexual que vivió Danny es un ingrediente vital que enriquece mucho el relato.
Es importante aclarar que la orientación sexual es una atracción emocional, romántica o sexual duradera hacia un género o más, mientras que las respuestas que surgen después de un trauma sexual pueden estar más relacionadas con intentos de procesar el trauma o con mecanismos de defensa psicológica, por lo que son conceptos diferentes.
La miniserie está disponible en Netflix.