Mujer con pelo rubio sonriendo

Mejor mal acompañadas que solas

Uno de los refranes más mencionados y sabios que hemos escuchado en nuestra vida es “Mejor sola que mal acompañada”, es como una frase de vida. Pero las cosas han cambiado; muchas mujeres han modificado el cuento porque ahora prefieren estar mal acompañadas, que solas. Sencillamente por la «presión social».

Es penoso y realmente sorprendente ver cómo en sociedades como la nuestra, estar sola, sin pareja, es mal visto y, para colmo, es considerado como “mala suerte”.

Con el paso de los años, las mujeres que decidieron no casarse, o simplemente mantenerse solas y no cumplir con la meta para lo que fueron criadas: “ser esposas abnegadas y madres ejemplares”, comienzan a recibir una presión social insostenible que, en muchos casos, las lleva a elegir a un mal compañero con tal de no ser etiquetadas.

Es algo tan fuerte, que muchas saben que la pareja que han elegido le ocasionará muchos dolores de cabeza, y que terminarán sufriendo, PERO no les importa, porque lo importante es no estar sola.

Autoestima

La autoestima es fundamental en este asunto, porque estamos complaciendo peticiones como si nuestra vida fuera una emisora de radio; NO estamos siendo auténticas con lo que realmente queremos y la vida que hemos decidido construir a nuestra propia medida.

Tenemos que comenzar a romper estereotipos y a olvidarnos un poco de esas historias de Disney donde el príncipe azul existe y todos son felices para siempre.

Las decisiones de vida pesan y pasan factura, y si queremos que los resultados que arrojen sean positivos, tenemos que tomar decisiones acertadas. No es lo mismo morir en un accidente, que de un suicidio.

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