Mi opinión sobre la película «Un niño como Jake»

Un niño como Jake (A kid like Jake) es una película que relata la historia de un niño de cuatro años que expresa una inconformidad con su género, su identificación a través del mundo del juego con personajes femeninos y con roles de género femenino.

La película nos muestra lo valiosa que es la mirada de maestros y docentes que tienen una verdadera intención de educar aceptando las diferencias, y que se convierten en aliados de las familias en el proceso de formación.

Nos enseña el peso del prejuicio, de los comentarios, de la ignorancia y cómo reaccionan los niños y niñas cuando reciben el rechazo social porque no encajan en el patrón de “normalidad” establecido socialmente.

La película muestra el conflicto que viven sus padres al momento de insertarlo en el mundo escolar, cuando el niño se ve expuesto a los estereotipos sociales de género que rechazan y atacan la diversidad.

Jake revela cómo la identidad de género se expresa desde muy temprana edad y forma parte de la personalidad, independientemente del tipo de familia que tenga el niño o la niña.

Revela la culpa que sienten los padres, la negación y la decepción, cuando entienden el impacto social que implica tener un hijo diferente, que no encaja en las normas sociales que encierra el género asignado al nacer.

Jake rescata el sufrimiento que viven las personas que presentan una inconformidad en su identidad de género y el conflicto que enfrenta la familia, lo que nos ayuda a comprender el peso de una sociedad que no entiende, y que por eso rechaza lo diferente.

Nos muestra el poder de la aceptación y el amor de la familia, de adultos que priorizan la felicidad; de una familia que se convierte en el lugar seguro, porque refleja un amor incondicional, ese que defiende la esencia y la libertad de ser, no de complacer.

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